Donde con toda seguridad encontrarás una mano que te ayude,
será en el extremo de tu propio brazo.
Y lo mantengo por el hecho de que al hacer el trabajo que
hago, algunas de las personas a las que doy formación, piensan que yo puedo
solucionarles las cosas.
Veámoslo así; un
corredor de larga distancia, puede pedirle ayuda a su entrenador para saber
cómo correr, cómo ahorrar energía durante la carrera, le enseñará a entrenarse
y a prepararse física y mentalmente, para poder acometer el reto de esa gran
carrera.
Pero solo eso, hasta ahí, él le guiará, pero el que tiene
que correr es el atleta, el que tiene que sufrir es el atleta. ¿Y cómo lo
conseguirá?, pensando desde el primer momento que puede hacerlo, le tiene que
dar lo mismo quienes corran a su lado, todos los que hagan la misma carrera,
querrán lo mismo que el, ¿ganar!.
Para mí, al menos para mí, ganar es secundario, siempre y
cuando uno haya hecho absolutamente todo lo que está en su mano para ganar.
Hace ya muchos años, desoyendo los consejos de mi padre,
deje de estudiar para ponerme a trabajar, con el tiempo he empezado a retomar
esos estudios, pero, desde ese momento con 15 años, hasta ahora con 46, he
hecho cosas, he adquirido competencias, que seguramente los libros no me
hubieran dado, o al menos no en la forma que las adquirí.
Quise aprender a tratar con el público, trabaje como
camarero. Empecé desde lo más bajo, lavado platos y recogiendo lo de los demás,
llegué a ser ayudante de Maître. Trate con gente de mil perfiles diferentes,
trate con gente más o menos excepcional, con más o menos dinero, y ¿Por qué no
llegue a ser Maître?, poca cosa, los dichosos estudios, el hecho de no saber
idiomas, me dejo ahí, pero no lo abandone, mi pensamiento es terminar lo que
empecé. Esa manera de tratar con la gente, me ayudo en algo que no mucha gente puede tener la
habilidad de adquirir, si no es a base de estudios. Me empecé a interesar por la psicología. Pero no del modo
que psicólogo estudia a sus pacientes. Me explico! No se si será una virtud, un
sexto sentido a llamémoslo como queramos, cuando conozco a alguien, esa persona
desconocida para mí, me puede dar buenas o malas vibraciones, lo cierto es que
pocas veces me equivoco, pero si no me gusta, por mucho que a mis compañeros de
profesión, pareja, o quienes estén a mi lado les guste esa persona, si no me
gusta, por mucho que yo no diga nada, lo tengo vigilante, se que en algún
momento me clavara la daga por la espalda.
Con el tiempo, y después de recorrer algunos empleos que no
me llenaba la razón de ser, pero me ayudaban a mantenerme me introduje en el
mundo de la construcción metálica. Dios que mundo tan maravilloso, sonde de
unos simples hierros, podías hacer algo que perduraría por siempre, y que cada
vez que pasaras por allí, te dirías, eso lo hice yo, o al menos estaba ahí
cuando lo montamos, cuando empezamos de cero para terminar esa obra.
No me conforme con ser un simple soldador, tenía que ser de
los mejores, y eso me propuse hacer. Tuve la mejor ayuda que podía tener, la de
mi hermano menor. Era un gran soldador, y un gran trabajador metálico. Tiene
una cabeza que para mí la quisiera yo y mucha gente. Pero a pesar de creerme
inferior a él, no desistí y continúe haciendo lo que más empezaba a gustar.
Creo que no pasaron más de dos años antes de ser uno de los
mejores soldadores, Mal esta que lo diga yo. De todas formas con el tiempo
también aprendí, que por muy bueno que seas, por detrás puede venir uno que te
podría enseñar algunas cosas. Por lo que decidí seguir aprendiendo sobre ese
trabajo que a mí siempre me maravilló.
Hoy en día me dedico a la formación y a la ayuda de personas
que bien por su necesidad de adquirir nuevos conocimientos, por el hecho de
querer aprender una profesión, o
simplemente porque si, acuden a mí para que les ayude.
Después de dos años, me he dado cuenta que no solo
enseñándoles mi profesión puedo ayudarles, si no que algunos de los participantes de los cursos
que he impartido, se ha visto que no llegaba, he sabido sacar lo mejor de
ellos, y que llegaran a ese punto donde, ellos se veían incapaces de llegar.
POR LO CUAL Y ESTO QUERIA LLEGAR, CUANDO DIGAS ALGO, PROCURA
QUE TE ESCUCHEN:
La razón más importante por la gente no escucha, radica en
que no ha terminado de hablar, no interrumpas cuando alguien está exponiendo
una idea, o haciendo algún comentario, espera a que esta persona termine de
hablar, si no lo hace, no te escuchara a ti, pues se quedara pensando en
aquello que estaba comentando y no te escuchara. Antes de empezar a hablar, asegúrate
de esta persona a terminado. Dale un poco de tiempo, cuando haga algún descanso
en su discurso. Si no sabes como hacerlo, la mejor forma es hacerle una
pregunta, ¿y entonces?, por norma, cuando hacen una parada, si le das tiempo a
seguir pensando, tendrá algo mas que decir, por lo cual después de tu pregunta,
la cual hará que deje sus pensamientos a un lado, podrás hablar tu. Expón las
ideas claramente, no des muchas vueltas al asunto que expongas, se claro y
conciso, no levantes la voz, no gesticules demasiado, y sobre todo procura
dejar algo para que te pregunten, mantén tu idea sin explicarla, para que ellos
te pregunte por esa idea, si lo logras, mantendrás su atención.
Seguiremos contando ideas, las preguntas que me lleguen al
mail, tardare en contestarlas, pues algunos de los mails, tratan de lo mismo.
Agradecido por vuestros comentarios. Si podéis en vez de enviármelos al blog,
en vez de al correo estaré agradecido doblemente.
Saludos a todos
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